Western en el que dos cowboys persiguen a una tribu india de Comanches que secuestró a una niña en Texas a partir de 1968. Ford es capaz de compensar la tendencia xenófoba, racista y reaccionaria de su héroe encarnado por John Wayne con una puesta en escena tan pictórica y poética como sutil. Las sombras que dejan la casa a oscura y todo el paisaje en radiantes colores debe ser una de las imágenes más bellas de la historia del cine. La narrativa va tendiendo un mapa sentimental de una familia siempre en constante transformación. Los detalles de la escena de la boda frustrada muestran la maestría de la dirección de actores de Ford, con el detalle del capitán y reverendo que ordena la posición de los personajes en el cuadro.