Giallo en el que una mujer viaja a Atenas para cobrar el seguro de vida de su esposo muerto y es perseguida por un asesino. Para 1971 el giallo ya tenía muchos de sus arquetipos visuales (el uso del scope, los colores) y sonoros (la música con tendencia rock y progresiva) planamente asentados. Martino sólo se dedica a respetarlos. Es una lástima que la historia por momentos se vuelva muy dialogada y que el móvil del asesino sea el dinero y no la locura (el film pierde impacto). Porque el film tiene una pirueta narrativa mucho más sorpresiva que la de Psycho (1960) y los ataques del asesino son momentos de real tensión.