Cuento de terror en el que un escritor se muda a la casa en la que murió una familia para preparar su próximo libro en Pennsylvania. Luego de su incursión en la ciencia ficción y el blockbuster, The Day the Earth Stood Still (2008), Derrickson vuelve al terror de bajo presupuesto. El resultado es mucho más estimulante. El film toma unos moldes clásicos (historia de fantasmas, casa encantada, cuento de misterio) y les agrega inteligentemente algunas actualizaciones (falso documental, invasión de la tecnología). Si a eso sumamos la presencia de un actor intuitivo (Ethan Hawke), el oscurísimo diseño visual, la atmósfera espesa, la efectiva utilización de la banda sonora (música y ruidos que se confunden) y la máscara aterradora del monstruo/asesino, estamos en presencia de uno de los mejores films de terror de 2012. Un par reparos, la visualización de los niños malditos cuando el protagonista no los puede ver y la resolución predestinada, no arruinan el producto. Sin caer en el torture porn o el horror revival, Derrickson se ha convertido en un referente del cine de terror americano contemporáneo.