Policial en el que un delincuente escapa de prisión y se suma a una banda que planea robar un camión con lingotes de oro en Paris. Melville hace un tratamiento a la vez exhaustivo (vemos todo el recorrido del plan y sus consecuencias) y minimalista (pocos diálogos, acciones simples). Lo que más importa es el respeto del protagonista por la amistad y el honor, pese a ser un delincuente que no duda en matar. Influencias del film se ven hasta hoy en Tarantino y John Woo, desde la vestimenta de los gangsters, pasando por las dos pistolas, hasta el tiroteo final. Hay que destacar las dos secuencias de suspense: el robo del camión, resuelto en planos generales, y el clímax en el departamento cuando llega la policía.