Cuento de terror en el que una empleada de una veterinaria inicia la matanza de sus amigos para quedarse con partes de sus cuerpos en Los Angeles. McKee hace una reflexión sobre el horror de nuestras sociedades contemporáneas, supuestamente progresistas y abiertas, donde, en realidad, las apariencias y el individualismo reinan. La película da cabida al mito de Frankenstein, a la vez que muestra un rostro más humano del terror (el miedo a ser rechazado y la pérdida del amor). McKee diluye la frontera del drama y la comedia en un ejercicio brillante que recuerda a la melancolía y la resignación de Donnie Darko (2001). A partir de la impresionante caracterización de Angela Bettis, de un humor negro que nunca cae en la caricatura, de un guión aceitado y de la estética visual del giallo (Dario Argento), crea un film único y maravilloso. También hay referencias adicionales a Repulsion (1965), Ms. 45 (1981), Audition (1999) y Ghost World (2001). Los cinco asesinatos se concentran en la última media hora y tienen la sangre bien roja. Cuesta encontrar un mejor film de terror de 2002 en los Estados Unidos. Sin duda la película será una pieza de culto en el futuro y McKee tal vez sea la gran aparición que el cine de terror americano necesitaba.