Cuarta parte de The Toxic Avenger (1984) en la que el vengador tóxico queda atrapado en una dimensión paralela que es doble maligno de su barrio en New Jersey. El espíritu trash y políticamente incorrecto de Troma siempre tiene algo que festejar con un nuevo film. En este caso, los 25 años de existencia de la compañía y los 15 años de la serie. Si bien la historia no puede tomarse en serio, aparecen algunos conceptos fantásticos atractivos como las dimensiones paralelas y los dobles de todos los personajes. Todos los gags y los chistes asumen que la única manera de hacer reír tiene que ser escatológica: gore, tripas, sexo, flatulencies, semen, heces. Aunque por debajo hay parodias y referencias culturales más sutiles: el comienzo con la escuela para retardados como en Idioterne (1998), las instituciones de caridad, las masacres en las escuelas, los gustos televisivos, los sonidos de series de televisión como Flipper (1964-1967) y Wonder Woman (1975-1979), el protagonista que usa la biblia y la constitución de los Estados Unidos para aplastar la cabeza del villano, el documental en blanco y negro a la Citizen Kane (1941), la filmación de una película porno gay basada en The Wizard of Oz (1939) y el discurso del maullido de la vaca que incentiva la bandera de los Estados Unidos. El film tiene saludables dosis de gore (la cabeza que sale por el ano y las decapitaciones recuerdan a Peter Jackson y Jörg Buttgereit) y de sexo (las lesbianas juguetonas y superhéroes con nombres como Vibrator o Masturbator). Sin duda que Kaufman ha sido inspiración de la filosofía del vale todo y la abstracción espacio temporal del cine bizarro argentino: Attack of the Killer Hog (2002) y Run Run Bunny! (2003) . Es saludable comprobar que el espíritu trash de John Waters sigue vivo en los films de Troma.