Thriller en el que una mujer pierde su identidad en Los Angeles. Un interesante punto de partida (la protagonista cambia de identidad con una amiga recién conocida para hacerse con los beneficios de la cobertura médica) le permite a Cohen hacer un modesto retrato de la burocracia imperante en el sistema de salud y en la policía. De esta manera, construye un suspenso simple y efectivo (la escena en que la protagonista vuelve a su casa y encuentra la puerta abierta). Pero más allá de los atractivos giros de la trama, al final se queda sin ideas y tiene que recurrir al típico psicópata suelto.