Policial en el que una banda de criminales se esconde en la escotilla de un barco que navega hacia el Sur. Las latitudes siempre han sido una preocupación central del cine de F.J. Ossang, pero ahora los planos fijos de la marea crean efectos ópticos. De noche el mar se abisma.. La quietud de la cámara fija los personajes por primera vez en su obra. Sobre el final, ya el dibujo vertical de la pantalla estira las siluetas y sobre la tierra esa imagen de la montaña con los delincuentes descendiendo vuelve a las dos dimensiones básicas. Lo extremo de su obra es que sus películas siempre parecen un ensayo para la muerte…Y la nave va.