Secuela de 8MM (1999) en la que un abogado americano que trabaja para la embajada de los Estados Unidos es chantajeado con un video sexual en Budapest. Cardone continúa reciclando subproductos para el catálogo en video de Sony Pictures. Ahora es el turno de una secuela (sólo en nombre) que carece de películas snuff y cintas de 8mm, pero se desarrolla como thriller erótico (algo subido de tono eso sí, al menos para los estándares de un film patrocinado por una major) y se resuelve con una previsible vuelta de tuerca sobre el final. La película se sostiene gracias al buen trabajo de la pareja protagonista (Johnathon Schaech y Lori Heuring), el retrato que hace los diplomáticos americanos en Europa del Este (de fiesta en fiesta) y el provecho que saca del rodaje en locación. Las escenas en clubs eróticos, sex shops y rodajes de películas porno son apenas ilustrativas y poco comprometedoras para los actores principales.