Comedia dramática en la que un padre y un hijo que montan un burdel de lujo con nueve mujeres para satisfacer sus fantasías sexuales en Ginebra. Todas las constantes temáticas y estilísticas del cine de Greenaway están presentes: los desnudos, la cultura oriental, los fundidos, la división de capítulos. El film adopta unos extraños ritmos y atmósferas. Pero resulta mucho mejor en la primera parte porque las conversaciones sobre sexo terminan ocupando más espacio del que deberían. A fin de cuentas queda un parco balance. Ni siquiera apostando a lo explícito o lo erótico el film logra levantar.