Comedia dramática en la que un hombre italiano sigue a una compañía de circo en el sur de Francia cerca de la montaña de Pic Saint-Loup. Rivette abandona el teatro, la literatura y las largas duraciones, pero la esencia es la misma: la representación, el arte, la vida. A partir de la delicadez de la puesta en escena, de la palabra como juego imprevisible y de un sentido del humor natural, continúa su búsqueda de momentos puros. Su concepción del tiempo y del espacio adquiere resonancias sensoriales y corporales. De esta forma el escenario puede convertirse en el lugar más terrorífico, pero también donde todo es posible, nada es igual y las heridas pueden cicatrizar. Porque a fin de cuentas no importa el resultado, las respuestas son siempre esquivas y la historia es mínima. Lo que importa es la búsqueda. Rivette se confirma como el más lúcido y el menos intransigente de los directores de la nouvelle vague.