Mezcla de comedia y thriller en el que unas estudiantes de una exclusiva escuela para hijas de diplomáticos se involucran en asuntos de espionaje en Londres. Castle trata de explotar una premisa llamativa pero carente de todo sustento. Si por momentos juega con el suspenso y el planteo está al borde del terror, la película inevitablemente es fallida por la naturaleza episódica de la historia, la ausencia de misterio, las actuaciones engorrosas y la falta de sutileza del humor. Todo luce demasiado desleal para que tenga algún efecto: el asesinato en la embajada de China, la atracción de la protagonista por el compañero de trabajo de su padre mucho mayor que ella, el clímax en la escuela. Si Castle tuviera algo de destreza para la puesta en escena, sería un adelantado a Brian De Palma.