Film de acción en el que una pandilla es acusada de un asesinato y perseguida por la policía y otras pandillas en New York a lo largo de una noche. A partir de una premisa tan simple como efectiva (la necesidad de volver a casa), la puesta en escena de Hill convierte a la ambientación (calles peligrosas, plazas oscuras y estaciones vacías) en la materialización realista de una pesadilla. El film no profundiza en el origen, los motivos o los deseos de los movimientos contrahegemónicos. Se decanta por la acción pura y la estilización de la violencia.