Cuento de terror en el que un chico se mete a robar en una casa y encuentra gente detrás de las paredes en Los Angeles. La película bordea con acierto la realidad y la fantasía, el terror y el humor, el drama y la comedia. Como resultado tenemos un film fuera de lo común. La primera parte está repleta de sustos, locura y sentido del humor. A partir de elementos de películas de zombis, casa encantada, comedia negra y slapstick crea un impresionante aire malsano. La última media hora es un poco reiterativa, aunque en el clímax final realiza una oportuna inversión de la figura del monstruo. Tal vez la única falla es que no maneja con precisión el ritmo y la dosificación de la información.