Drama en el que una cortesana es despojada de todos sus privilegios en Japón en el siglo XVII. El film somete a la protagonista a todo tipo de sometimientos y desgracias: no la dejan estar con su primer amor, la venden de niña, la obligan a prostituirse, la echan del convento, se le muere el esposo que la quería. Pese a la brillantez de la puesta en escena de Mizoguchi, la película cae en la monotonía.