Comedia dramática en la que tres hermanos americanos, luego de la muerte de su padre, hacen un viaje en tren por la India. Luego del delirio y el descalabro de The Life Aquatic with Steve Zissou (2004), Anderson retoma un camino más íntimo y dramático. Pese a que la premisa se prestaba más para la aventura pintoresca (y de hecho tampoco deja de serlo) o la comedia excéntrica, el film nunca pierde de vista los personajes y su dolor. Para algunos puede resultar difícil acercarse a las películas de Anderson porque no pueden filtrar su estilo visual tan meticuloso como preciosista. Pero lo importante está en otro lado. Los personajes, definidos por situaciones que no vemos, desean un cambio en su situación actual. De allí que estén en constante estado de incomodidad. De ese choque surgen momentos como la subida de Adrien Brody al tren, el flashback en el que los hermanos van a buscar el auto del padre o el travelling durante el funeral del niño que Anderson se encarga de puntuar oportunamente. Y si de cine de personajes estamos hablando, Owen Wilson carga con el peso de ser el mayor, Adrien Brody es el más serio, callado y centrado y Jason Schwartzman es el enamoradizo e inquieto. Anderson continúa haciendo un cine absolutamente personal e inclasificable.