Cuento de terror en el que una adolescente llega a una escuela católica y se hace amiga de tres chicas que practican la brujería en Los Angeles. Fleming queda a mitad de camino del relato de adaptación a un nuevo entorno, del thriller sobrenatural, de la estética de videoclip y de algunas imágenes truculentas propias del cine de terror. Pero las muertes y los asesinatos tratados con timidez y el tono está muy alejado de lo que la película verdaderamente es (un producto de serie B).