Cuento de terror y ciencia ficción en el que un grupo de científicos busca a un monstruo alienígena que se fugó en el cuerpo de una bella mujer en Los Angeles. El punto de partida tiene cierto sustento científico (el contacto extraterrestre a través de teletransmisiones, la manipulación genética), pero el film sufre un deterioro progresivo. Se va desinflando con las persecuciones e investigaciones propias de un thriller ordinario de montajes paralelos. Para tocar fondo con un inocuo clímax alcantarillas con unos efectos visuales de dudosa procedencia. El tono eminentemente sexual de la historia (una hermosa mujer desesperada por reproducirse en Los Angeles) no logra sostenerse. Lo peor terminan siendo los arranques efectistas de las innecesarias pesadillas que tratan de retratar la psiquis de la alienígena. El reparto es sorprendente para este tipo de productos (Kingsley, Molina, Whitaker). Los asesinatos son lo suficientemente elaborados como para llamar la atención, al menos al principio. Species no es más que una film de serie B inflado por el presupuesto y lastrado por su propia incapacidad y conformidad.