Policial en el que un detective investiga a unos adolescentes que fuman marihuana en el pueblo de Vaslui. Porumboiu testea la paciencia del espectador con sus largos planos de espera. Su film se plantea como un policial realista carente de todo ornamento o acción. Lo único que vemos es al protagonista observar a los adolescentes que investiga, presentarse al trabajo para completar informes (uno de los grandes hallazgos del film son los largos planos detalle de los informes redactados a mano) y hacer papeleo e ir a su casa para mantener conversaciones con su esposa (hay cierta dulzura en estas escenas). De hecho la emboscada planificada, de la que el protagonista duda de realizar, ni siquiera se muestra. Es una versión del neorrealismo carente del horror de la banalidad cotidiana o las situaciones límite. Todo se resuelve en una escena con el jefe que lo obliga a consultar el diccionario sobre grandes palabras: conciencia, ley, moral y policía, en la mejor y más emocionante secuencia del film.