Tercera parte de Body Chemistry (1990) en la que un productor televisivo intenta hacer una película sobre una mujer que tuvo que matar a dos amantes en Los Angeles. Algunos apuntes sobre el juego de realidad y ficción hacen más atractivo el rudimentario esquema de thriller erótico. Las escenas de sexo son mucho más calientes en las infidelidades que en el sexo matrimonial, pero igualmente no son muy explícitas. El giro de la resolución es similar al de Get Shorty (1995).