Cuento de misterio en el que una estudiante de letras investiga la desaparición de un activista español en Paris en 1957. A partir de la coartada del arte y del teatro, Rivette logra trasladar la juventud y lo cotidiano al terreno del terror y del fantástico. Si mantiene el equilibrio entre el juego, la seriedad y la cinefilia es porque en el fondo hay una historia de amor sutil, las referencias políticas deslizadas al pasar son oportunas y las concepción del mal en la sociedad es similar a la de Fritz Lang.