Drama en el que un niño huérfano es tomado por un reclutador de jóvenes ladrones en Londres en el siglo XIX. Nueva adaptación de la novela de Charles Dickens. ¿Por qué Polanski luego del reconocimiento de The Pianist (2002) adapta un material tan ajeno a los intereses de sus películas anteriores? La historia de un niño pobre maltratado por todos que finalmente encontrará la felicidad gracias a su bondad e inocencia no puede ser más reaccionaria, conformista y maniquea. Si bien se aprecian algunos destellos de talento en el trabajo con los actores, en tratar de humanizar y complejizar al personaje de Ben Kingsley y en cierta iconografía perturbadora en la resolución, a fin de cuentas se nota el desinterés de Polanski en el producto (poco margen para descubrir detalles, ninguna escena o secuencia elaborada desde la planificación o el montaje) . Al film le sobran minutos por todas partes y le faltan riesgo, inventiva y pasión en todo momento. Si a partir de Frantic (1988) Polanski pasó a ser un cineasta curado, ahora ya parece un cineasta lavado.