Comedia dramática en la que una empleada de un museo conoce a un empleado de un estacionamiento en Los Angeles. La película es una comedia romántica, aunque carece de todo lo que el cine de Hollywood entiende habitualmente por romántico. El humor tragicómico va sin escala de lo bello y lo sublime a lo patético y grotesco. Cassavetes se toma su tiempo. Los protagonistas recién se conocen a los 50 minutos de película. El conflicto se da en el medio y el epílogo es absolutamente hilarante. El film se ubica en un punto medio de la desprolijidad de Faces (1968) y la sobriedad de Opening Night (1977).
