Drama en el que la familia de un industrialista entra en decadencia durante los primeros años del nazismo en Alemania. El film es un bochornoso espectáculo feísta en cuanto a la fotografía, al uso del zoom, a los diálogos y a las actuaciones. Tal vez sea un reflejo de la repulsión que siente Visconti hacia el material. Si bien mantiene la claridad conceptual (el sostén del nazismo fue el capitalismo, la familia no lo es por sangre sino por dinero), el film no es más que uno de los pioneros del subgénero cinematográfico nazi exploitation (hay sangre, incesto, pedofilia). Pero no se sostiene por las más de dos horas y media de duración.