Cuento de terror en el que un detective de seguros investiga la desaparición de un popular escritor de novelas de terror en un pueblo de New England. Carpenter continúa bajo el paraguas de la Warner con un film que trata de hurgar en las profundidades terroríficas lovecraftianas y en la veta autorreferencial del género. Tal vez sea su película más esquizofrénica. Porque el abuso de efectismos, de sustos fáciles y de flashbacks llevan al film al borde del abismo. Sólo el retrato del personaje cínico, la conciencia crítica sobre lo que está narrando y el final apocalíptico lo salvan del desastre.