Drama en el que un artista sufre alucinaciones mientras lleva una vida recluida con su esposa en una isla escandinava casi deshabitada. Lo que arranca como una indagación en la relación de una pareja aislada de la sociedad, se convierte en una surreal, violenta y claustrofóbica historia de locura y obsesión. Si bien no puede hablarse estrictamente de un film de género, Bergman hace una especie de introspección en el terror. La protagonista que abre y cierra el film hablándole a la cámara, la secuencia de créditos con voces de fondo y alguien que pide silencio y la aparición del título en medio de la película (justo cuando comienza la hora del lobo) son apuntes personales de Bergman.