Drama en el que la muerte de un fabricante del vidrio de rubí sin revelar la fórmula desata la histeria colectiva de un pequeño pueblo de Baviera en el siglo XVIII. Uno de los films más bellos e inaccesibles de Herzog. Los actores recitan los diálogos en una especie de trance a la vez que se suceden muertes y asesinatos en un clima de total extrañeza.