Cuento de terror en el que una mujer se muda a una casa donde encuentra el cadáver vivo de su cuñado que escapó del infierno en Londres. Hellraiser es una película de terror para adultos, no sólo por sus brutales escenas de violencia, gore y sadomasoquismo, sino también porque contiene un profundo drama psicológico. La adscripción subgenérica tampoco es sencilla. Mezcla de satanismo, casa encantada, psycho thriller y monster movie, lo que define al film es la presencia de los cenobitas, unos demonios sadomasoquistas cuyo origen es un cubo de juguete y su apariencia va de lo perturbador a lo grotesco. El film está dividido en dos partes. La primera es increíblemente aterradora. Por la ambigüedad y la locura parece que la historia sólo ocurre en la mente de la protagonista (excelente momento cuando está teniendo con su esposo). La segunda parte, con la aparición de los cenobitas, se convierte en un show de monstruosidades que, aunque pierde la ambigüedad, es suficientemente inspirado para seguir siendo aterrador. Barker tampoco niega ciertas modas del género de la época: los sustos (hay uno excelente con Jesucristo), la heroína adolescente, la pesadilla, el uso de los efectos visuales (horribles), pero igual le alcanza para ser uno de los mejores films de terror de la década de 1980.