Cuento de terror en el que un científico crea un monstruo a partir de partes de cadáveres en Suiza en el siglo XIX. Adaptación de la novela de Mary Shelley. A partir del rostro maquillado de Boris Karloff, los experimentos en el laboratorio y la inclusión de la tormenta, la película fija la iconografía del personaje y muchas de las bases del género de terror en el cine. Pese a despegarse bastante de la novela, la fascinación por el horror es la misma. Aún hoy, la primera aparición del rostro de Karloff tiene la capacidad de conmover.