Comedia grotesca en la que un grupo de terroristas de izquierda de la tercera generación vive en una casa en Berlin. Fassbinder aprovecha la absoluta libertad con que rodó sus últimos trabajos para, en este caso, extremar su ironía. Tal vez, como todo es mentira, podamos llegar a la verdad. El film tiene excelentes ideas como presentar los nombres de los capítulos inscriptos en los urinales de los baños públicos de Berlin o la superposición de zumbidos, sonidos y voces de diversos medios que conforman la banda sonora urbana. Los terroristas son tan despreciables que justifican la violación porque es más simple y sencillo que masturbarse. Pero en el atentado final van vestidos de payasos (casi como artistas).