Cuento de terror en el que una adolescente con poderes telequinéticos es objeto de las burlas de sus compañeros de secundaria en un pueblo de California. El film consigue una atmósfera inquietante a partir de la relación de la protagonista con la madre. Muestra, a partir de situaciones comunes, lo desagradables que pueden llegar a ser los prejuicios y las bromas adolescentes. La resolución, pese a la venganza un poco facilista y reaccionaria, cuenta con una impresionante secuencia de naturaleza fantástica, el impactante rostro ensangrentado de Sissy Spacek y un excelente epílogo cuando vuelve a su casa a enfrentarse con la realidad. El fanatismo religioso de la madre, propio de la novela de Stephen King, es un poco caricaturesco.
De Palma adapta por primera vez un material ajeno y el resultado es inmejorable pese a la mediocridad de la fuente de origen. Puede mostrar su capacidad como metteur en escène en estado puro para extraer el poder afectivo de la historia y desprenderse de lo accesorio. Claro que mucho tiene que ver la actuación de Sissy Spacek que logra bajar a tierra a su personaje y hacer su padecimiento mucho más creíble. La película no sigue la dinámica del slasher ni se preocupa demasiado por la cuestión sobrenatural, de hecho se mantiene en los límites del realismo en todo momento, pero la puesta en escena de De Palma es indudablemente terrorífica. La oscuridad y lo opresivo de la casa de la protagonista contrasta de forma radical con look soleado y luminoso del resto de las escenas. El uso de las luces de color rojo y verde transforma al gimnasio donde se desarrolla la fiesta en un paisaje infernal. El manejo del ralentí es genial en las dos escenas que lo utiliza: la ducha en el vestuario de las chicas y la coronación en la fiesta de graduación, porque son justo los momentos previos al cambio de dirección del relato. Incluso bordea las potencias de lo falso en el momento del baile y el beso con un travelling circular en aceleración y contrapicado que aísla a la pareja del resto. De Palma es mucho más inteligente que King en el retrato de los personajes para evitar el maniqueísmo y darle cierta “dignidad” al personaje de Nancy Allen que planea la broma pesada y sostener la ambigüedad sobre los motivos del personaje de Amy Irving para que su novio invite a Carrie a la fiesta.