Basic Instinct (1992)

Thriller en el que un policía investiga unos asesinatos que tienen como sospechosa a una escritora bisexual en San Francisco. Verhoeven lleva al límite el tratamiento que Hollywood puede darle al sexo. No tanto por lo explícito (sólo tres escenas de sexo), sino por la naturaleza enfermiza y destructiva de las relaciones de los personajes. Su película también es un recorrido cinéfilo que toma los arquetipos del film noir clásico (la femme fatale, los contrapicados), utiliza la sugerente artificiosidad de melodramas de Douglas Sirk, el suspense de Hitchcock, con las lomas y el vértigo de Vertigo (1958), y culmina con la iconografía del giallo, asesino encapuchado incluido. Aunque nadie se haya dado por enterado de estas referencias porque el film pone en primer plano lo que subyacía en esos films. Destacar la actuación de Michael Douglas y la enérgica puesta en escena que logran sostener el imposible guión de Joe Eszterhas (al borde de caer al precipicio en todo momento). En el fondo el film no engaña a nadie. Ya desde la escena que abre el film está claro quién es el asesino. Por lo que el foco está puesto en otro lugar. Termina siendo el testimonio de una época en la que el cine empieza a reflexionar sobre los mecanismos para contar historias. Y de una sociedad que se ve bajo el temor del sida, donde la amenaza está cerca de la cama y el cuchillo al alcance de la mano.