Drama en el que un actor de una compañía de teatro en gira se reencuentra con un hijo que dejó en un pueblo de Japón. El traslado de la ciudad al campo de las temáticas habituales de Ozu (la familia, el pasado, la tradición) no sufre en lo más mínimo. Un ejemplo de su mejor cine de planos fijos y tensión arquitectónica es la discusión final en la casa de la madre que revela la verdad.