Aventura en el que un grupo de 300 soldados de Esparta defiende su tierra en el siglo V AC. Snyder había demostrado aptitudes en su ópera prima para la estética del comic, para las historias violentas y anárquicas y para el negrísimo sentido del humor. Pero aquí se excede en la parafernalia digital y en el discurso neo fascista. Un film que depende tanto de la acción física y la exhibición de los cuerpos no puede prescindir del escenario como sí podía Sin City (2005) de Robert Rodriguez. Igualmente tenemos suficientes personajes freaks y monstruosos para no tomar en serio al producto y algunas ideas de puesta escena en el avance cuerpo a cuerpo de los soldados y la delirante secuencia en un burdel como para disfrutar. Después, en cuanto al idealismo sobre la libertad sostenido por bestias / máquinas de matar y los diálogos imposibles gritados con voz gruesa, queda en el cuidado de cada espectador tomarlos como lo que son. Snyder se anota a la generación post Tarantino, violenta y anárquica, pero sin poder rupturista.