Soñar no cuesta nada (1941)

Comedia en la que un abogado encuentra una adolescente idéntica a la hija de un hombre que está a punto de divorciarse en Buenos Aires. Los chistes de pez fuera del agua funcionan por la vivacidad de las mellizas Legrand (aunque Mirtha abuse de algunos gestos poco agraciados). Siempre hay un costado perverso en estas películas que se plantean de forma tan inocente. El abogado interpretado por Francisco Álvarez se reserva las mejores líneas de diálogo.