Restless (2011)

Historia de amor de un joven que se cuela en funerales y una chica con cáncer terminal en Portland. Con semejante premisa argumental y el dúo de Brian Grazer – Ron Howard en la producción no había posibilidad de que esta no fuera la peor película de Van Sant. Por más que el guión haga un titánico esfuerzo por desdramatizar las situaciones, por más que el retrato de los personajes excéntricos recuerde a Harold and Maude (1971), por más que la presencia de un fantasma japonés que sólo el protagonista puede ver intente jugar con el realismo mágico y por más que la fotografía de Harry Savides convierta a Portland en la ciudad más nublada del mundo, llega un momento que lo inevitable no se puede evitar. Y allí el film tiene que recurrir a la condescendencia, al movie montage (sutil, pero movie montage al fin) y a una sucesión de planos de recuerdos televisiva.