Critical Care (1997)

Sátira en la que un médico de un hospital se ve envuelto en la disputa de dos hermanas por la muerte de un paciente en terapia intensiva. Luego de un par de trabajos anodinos a principios de la década de 1990 y un fallido intento de regreso a su territorio, Lumet encuentra un material acorde a su talento. Para empezar cuenta con la presencia de James Spader, uno de los actores más subestimados de su generación, que es capaz de actuar los primeros 30 minutos de la película semidormido y hacer creíble su dilema. Después se rodea de un competente grupo de actores: Kyra Sedgwick y Albert Brooks haciendo payasadas y Helen Mirren y Jeffrey Wright para el costado dramático. Lumet maneja con acierto y aplomo la tenue línea entre la sátira y la comedia negra sin perder la credibilidad. Por supuesto que tenemos sus habituales denuncias al sistema (en este caso de salud) que sólo atiende a los que tienen cobertura, a los abogados sólo interesados por sus clientes y a los médicos preocupados en el ascenso. Sólo podemos apuntar un par de salidas de tono: la escenografía futurista de la sala de terapia intensiva y las alucinaciones con el diablo de los pacientes moribundos. Lumet entra a la última etapa de su larga carrera con poco espacio de maniobra dentro de los estudios, pero con el prestigio intacto.